domingo, 6 de febrero de 2011

Ángel mío.

Angelical rostro relleno de dolor,
yaciente en tu tumba cuna de tu perdición.
Deshonrosa pasión cuyo perjurio cometiste,
Castigo Divino es lo único que mereciste.

Mantente frío, mantente distante,
Siempre sempiterno cual difunto amante.
Asume tu destino, Luzbel, asume tu pena,
Reposa en lo profundo de tu máxima condena.

Calla cuando te observen y dista de escapar,
Permanece inmóvil, permanece inerte,
Calla cuando te miren y dista de regresar.

Dime, - ¿quién eres tú ahora?- Ángel hermoso,
Y responde - No soy ni ya seré quien ser solía -,
Lo lamento, pero no dejaré de mirar por ello tu bello rostro.

E.

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